- Y... Este Toche?
Don Gonzalo Picón Febres.
La herencia
intelectual de Gonzalo Picón Febres ha significado un rico aporte al panorama
de las letras nacionales. El estudio y valoración de su ensayistica histórica y
critica así como de su poesía y narrativa continúan siendo una gran deuda de
los estudiosos venezolanos.
Su perspectiva analítica y sus obras de creación
fueron postergadas en el reconocimiento de sus contemporáneos, al menos en el
país no hubo la entusiasta recepción que disfrutaron otros autores del momento,
cayendo sobre él una "conspiración de Silencio" ...
En el extenso y polémico panorama de las letras venezolanas de fines del siglo XIX, el nombre de Gonzalo Picón Febres posee un lugar de privilegio. No es éste producto del reconocimiento o valoración que el autor disfruto en vida, sino al contrario, por el silencio que en el momento se posó en sobre buena parte de su producción intelectual, que traspasa con una dinámica constante hacia los primeros años del siglo XX.
Desde luego, es necesario acotar que el ejercicio poligrafico que caracteriza a muchos de los más brillantes intelectuales de aquella época tiene en Picón Febres un modelo singular: Ensayista, Poeta, Narrador y crítico literario. Su obra esta marcada fundamentalmente por un ideario nacionalista, que expreso de manera constante en las distintas facetas de su dilatada trayectoria intelectual.
Nacido en Mérida durante el desarrollo de la Guerra Federal (1859-1863), Gonzalo Picón Febres se formo inicialmente en su ciudad natal para luego trasladarse en plena adolescencia a la capital venezolana a continuar estudios universitarios. Los acontecimientos que se suscitaron en el país luego de la firma del Tratado de Coche (1846) que puso fina la Guerra Federal, Llevaron al escenario político nacional a Antonio Guzmán Blanco , quien asumió el poder desde 1870, manteniéndose en él hasta 1884, a través de dos periodos que siguen valorándose, en el balance histórico venezolano, entre los mas polémicos.
En el extenso y polémico panorama de las letras venezolanas de fines del siglo XIX, el nombre de Gonzalo Picón Febres posee un lugar de privilegio. No es éste producto del reconocimiento o valoración que el autor disfruto en vida, sino al contrario, por el silencio que en el momento se posó en sobre buena parte de su producción intelectual, que traspasa con una dinámica constante hacia los primeros años del siglo XX.
Desde luego, es necesario acotar que el ejercicio poligrafico que caracteriza a muchos de los más brillantes intelectuales de aquella época tiene en Picón Febres un modelo singular: Ensayista, Poeta, Narrador y crítico literario. Su obra esta marcada fundamentalmente por un ideario nacionalista, que expreso de manera constante en las distintas facetas de su dilatada trayectoria intelectual.
PANORAMA Y ENTORNO.
Nacido en Mérida durante el desarrollo de la Guerra Federal (1859-1863), Gonzalo Picón Febres se formo inicialmente en su ciudad natal para luego trasladarse en plena adolescencia a la capital venezolana a continuar estudios universitarios. Los acontecimientos que se suscitaron en el país luego de la firma del Tratado de Coche (1846) que puso fina la Guerra Federal, Llevaron al escenario político nacional a Antonio Guzmán Blanco , quien asumió el poder desde 1870, manteniéndose en él hasta 1884, a través de dos periodos que siguen valorándose, en el balance histórico venezolano, entre los mas polémicos.
Por un lado se
insiste en el caracter «modernizador» de su proyecto politico amparado en el
favorecimiento del capitalismo como norma garante del progreso materias, y en
el positivismo como la nueva «ciencia» que vendría q impulsar al pais por los
caminos del orden y el progreso. Es asi como se justifica un proyecto
ideológico que intentaba asimilar las condiciones especiales de Venezuela luego
de la guerra, para el orden; era imperante un consenso de paz para cimentar un
proyecto educativo y adelantar simultáneamente el desarrollo material.
La filosofía
positiva se impone en el pais a partir de 1870 y desde el ambito universitario.
Adolfo Ernst (1832-1899) y
Rafael Villavicencio (1837-1920) fueron los
encargados de impartir las catedras de Historia Natural y de Historia Universal
respectivamente; ambos echan las bases de la primera generacion positivista
Venezolana. Y son los destinados a velar por el desarrollo efectivo de aquella
doctrina filosófica en el nuevo sistema educativo que comienza a generarse desde
la Universidad de Caracas. Esta atmósfera habira de trascender las aulas
universitarias para impregnar relativamente todos los ordenes de la vida
nacional. Esto involucro la prensa, fundamentalmente
El Cojo ilustrado (1892-1915), hasta organizaciones academicas como la «Sociedad
de Ciencias Fisicas y Naturales» Fundada en 1863,
la Sociedad de amigos del Saber (1877), la Sociedad de amigos del Saber(1882) y la Academia
Venezolana de la Lengua(1883).
Este es el
periodo cuando se gestan de Manera colectiva las promociones intelectuales más
importantes del pais cuya hegemonía, fundamentalmente en relación al
pensamiento y a la literatura, habría de acentuarse y de consolidarse desde
entonces y hasta los primeros años del gomecismo.
El positivismo abrio una cauce a los escritores hacia un plano de mayor conciencia, es decir a
la justificación del por qué y el para qué de su trabajo creador; por ello, el
planteamiento de lo nacional aparece matizado por asimilaciones que ameritaban
ser mostradas tal y como eran en la realidad.
Es asi como se
imponen los intendos de radiografiar la realidad circundante, aun cuando
resulte de manera abrumadora, imperfecta y cruel; con ello el artista se
distancia de una supuesta evasión con los románticos, en el mismo contexto
historico y en no pocos casos, postergaban -conscientes o no- lo colectivo
frente a lo individual.
El positivismo
favorecio la asimilacion de tendencias Europeas, principalmente del realismo y
del naturalismo frances, Representado por
Émile Zola (1840-1902), afianzandose
desde esta corriente cierta oposición al romanticismo que comenzó a
desarraigarse cuando algunos intelectuales, partieron de una recuperación evidente de los elementos nacionales empiezan a asumirse y a valorarse desde la
escritura costumbrista:
Producto de
esa valoracion, el positivismo refuerza su influencia ideologica y se convierte
en un efectivo catalizador de las tendencias literarias familiarizadas con el
costumbrismo.
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